Claudia es una enamorada del mundo Pokemon, y que mejor ocasión que celebrar su Primera Comunión para gritarlo a los cuatro vientos. En un entorno tan precioso como los jardines exteriores de La Ópera de Benicàssim, montamos esta candy bar tan colorida. Rojo, azul, amarillo y blanco, los colores de pokemon, inundaron la decoración de esta comunión tan especial.
La candy bar precisaba de trasera para la decoración, ya que al celebrarse en el exterior no disponíamos de ninguna pared para colgar, así que confeccionamos un mural hecho a mano con goma eva de la cara de pikachu, el más famoso de los pokemon. Para completar el panel trasero colgamos banderines con el nombre de la anfitriona, pero en lugar de confeccionarlos triangulares, escogimos las pokebolas. Todo sobre un fondo de azulón con pequeños lunares en blanco, que convertimos en el papel referencia de esta celebración.